domingo, 18 de mayo de 2014

Una Sociedad de Botiquería

¿Somos Una Sociedad Dopada y Medicada?...

Hace un par de semanas me reuní con un grupo de amigos en una parrillada que combinaba la maricocracia y heterocracia, todos pasados de los 30, sujetos convertidos en pilares de la sociedad que aprovechan una noche en particular para relajar sus deberes civiles entre el consumo de sodio, alcohol y revelaciones personales:

Me encontraba en la parrillera, dando vuelta y vuelta a los trozos de punta recién cortada, sirviendo platos y alimentándome de los trozos de carne que sólo el parrillero puede disfrutar, cuando se acercaron Rodrigo (Mi Comadre) y Andrea (la doctora abogada), buscando chorizo y morcilla...

-¡Lo peor es que comenzó a sufrir ataques de pánico!...-Dijo Rodrigo refiriéndose a su antigua pareja, que había dejado por lo que contaba a continuación- Y claro, el doctor le puso un tratamiento de Rivotril y Prozac, hasta ese momento todo estuvo bien, pero después me dí cuenta que las cajas de Rivotril le duraban 15 días, en vez del mes que le había recetado el doctor, por lo que pensé ¡Este coño de madre se las está tomando como Tic-Tac!... Se la pasaba dopado todo el día, ¡ya ni tirabamos!...  Me aguanté un mes, le dije que me encargaría de las dosis, pero entonces se puso como una bestia, que le devolviera sus pepas, entonces me dije "Rodrigo... No eres médico de nadie"... Entonces lo dejé con su peo y sus medicamentos... ¡Por eso estoy Soltero!...

-¡Te entiendo!... -Dijo Andrea sirviendo la guasacaca- eso de tener que cargar con un Adicto es lo peor que te puede pasar... Yo siempre tengo mi reserva de Rivotril para cuando tengo que viajar o para cuando me sacan de quicio en la oficina, pero sólo para eso...

-¿Pero estás en tratamiento tu también?...

-¡No chico!, tengo un tío que es psiquiatra y me firma los récipes, pero sólo para emergencias... ¡Es que si vives esta vida sin una ayuda te vuelves loco!...

-¡Yo siempre cargo mi gotero de Rescue Remedi en la cartera!- vociferó Patricia, otra más del montón heterocrático, que se especializaba en ese arte de aparecer repentinamente para buscar un poco de yuca sancochada...

-¡Ustedes las mujeres y sus pepas y remedios!-Gritó Israel que se encontraba a mi lado vigilando la próxima pieza de carne al salir-¡Lo que tienen que hacer es tomarse un güisky!... Yo me tomo uno en las rocas cada vez que llego a la casa y duermo como un bebé.

Repentinamente todos los presentes daban su opinión... "No hay nada mejor que hacer yoga", "Antes de los exámenes parciales me fumaba un porro... hasta que me rasparon y tuve que repetir"... "¿Es cierto que el Prozac te lo venden sin récipe?"..."Yo sólo compro Setralina, que es el genérico de Prozac y es más barato"... "Yo, si no me tomo mis gotas de valerianas no duermo... las gotas del carmen me dan pesadillas"... "Tienes que hacer running... Correr y correr... sudas todos los problemas"... "Desde que dejé de comsumir láctos me siento mejor"... "Yo no sabía que el gluten me caía mal"...

¡No solamente vivimos en una sociedad dopada!, vivimos en una sociedad medicada y automedicada, química y holística, anoréxica y vigoréxica, enferma e hipocondríaca... Y no es culpa del regaetton, ni la pornografía, ni del internet, ni del comunismo, ni del capitalismo... Es un crimen sin culpables, porque al final somos lo que consumimos y hacemos, con lo que criamos y con lo que decidimos creer...

Veamos un ejemplo de infancia...

 No hay nada más preocupante para un padre que ver a su pequeño hijo enfermo, por lo que acude al especialista de confianza para que el padecimiento del pequeño sea tratado de una manera efectiva, profesional y sin importar el precio, aunque para el infante la cosa es distinta, más aún cuando es un niño de la década de los 80's, una época tan punk y anarquista que viajar a Miami a hacer el mercado y fumar durante el embarazo eran actividades socialmente aceptadas, era de esperarse una generación de fetos adictos a la nicotina, con sistemas inmunes defectuosos y futuros asmáticos que recorrerán un largo camino de los medicamentos (con o sin prescripción) que marcarán la pauta de la ciencia médica del nuevo milenio.

¿Quién recuerda el Corilín, La Novalcina y el Atroverán?

Esta santísima trinidad farmacológica en gotas es altamente conocida por todos, no sólo porque todavía se usan en diversos tratamientos, sino que además forman parte de nuestras memorias gustativas.

Comencemos por La Novalcina:

Hagamos un ejercicio de regresión: tienen como 2 años, sienten su cuerpo cansado, la boca está caliente aunque sienten frío y tu querida madre acaba de sacar de tu culito un termómetro bañado en vaselina y le dice a tu tía "¡El niño tiene 38 y medio!". No sólo te sientes mal y recientemente ultrajado, sino que sabes que todavía falta lo peor...

Tu tía, esa gorda maligna que huele a Jean-Naté y se esmera en dejarte marcado un beso con su lápiz labial Revon cada vez que te carga, corre desde la cocina a la habitación gritando "¡Dale 20 gotas de Novalcina!"

... ¡La Puta que la Parió!... (perdón abuela)  

Todo niño sabe que no hay nada más traumático en la vida que esa puerca dosis de analgésico y antipirético compuesto por 20 gotas de novalcina (un mililitro) que se diluía en media taza de agua, convirtiendo el diabólico mililitro en 125 mililitros de tortura infantil: el octavo de litro más eterno de la vida. Algunas madres sádicas eran capaces de agregarle una cucharada de azúcar "porque a los niños les gusta el dulce", convirtiendo la experiencia en una tragedia gourmet de la que sólo aprendías: ¡Tener tan fiebre es tan mala que te castigan con Novalcina!... Así que la próxima vez que te sientas mal, procura que te duela la barriga, lo que nos lleva al segundo caso: el atroverán.

La dosis básica de este medicamento, indicado para dolores y espasmos abdominales, es también 20 gotas diluidas en agua, pero a diferencia de la novalcina, su sabor anisado te prepara para el futuro, pues más temprano que tarde (de 10 a 15 años después), te caerás a palos de "Anís con Frigur" con tu grupo de amigos del bachillerato... La bebida preferida por los Guaperós y Gruncheros de los 90's... ¡Quién no vivió la experiencia de un ratón con sabor a fermento lácteo no conoce el sabor de la era de Ace Of Base y Wingfield!... Pero eso es un tema que se sale de los parámetros, porque si de sabores se trata, no hay que olvidar al famoso Corilín porque "Sabe a Colita"...

La experiencia ideal para todo venezolano, futuro  adicto a los "pain killers" o analgésicos, es y será ese gotero de Corilín que nos daban cuando la gripe no llegaba a los niveles de la Novalcina, pues ese sabor mezcla de tuti-fruti, chicle y vainilla, que en estas latitudes llamamos "Colita" será la recompensa de madre que siempre nos reconfortará, y nos hace pedir más... ¡Todo aquel que ha viajado sabe que el sabor a colita es más venezolano que la arepa!... Y por lo tanto, nos hará amar y añorar esa sensación de bienestar que años después nos dará el Atamel Forte con sus 600 miligramos de acetaminofén por gragea, porque en algún momento la ciencia médica nos dirá que hemos crecido y necesitamos una dosis más alta de sus maravillas.

Es el año 1989, tienes 9 años y tus debilidades respiratorias requieren un tratamiento más fuerte... "Una Cucharada de Preveral cada 8 horas"...

He de confesar que hasta bien entrado a mis 20's nunca me imaginé los usos recreativos de la codeína, principal ingrediente de ese milagroso jarabe para la tos que hasta no hace mucho podías adquirir sin mayores pretensiones, pero gracias a los putos yonkis punketos, que no pueden costear su adicción, ahora necesitas un récipe para recuperarte de una noche de cigarrillos y alcohol tripeando en tu cama un domingo... ¿Qué más podías esperar si una botellita de preveral cuesta menos que un décimo de marihuana marrón?... ¡Gracias putos adictos!, ahora en vez de alucinar un domingo en casita viendo repeticiones de Shrek en TBS, me tengo que mamar un mes de Mucosolvan que cuesta 5 veces más... ¡Los odio!...

¿Y Por qué los Odio?... ¡Porque hacen la vida actual más difícil!...

Una vida de profesional que no se puede dar el lujo de tomar un reposo de 30 días sin producir ni generar ingresos, porque con la inflación como va, si en 30 días cobro lo que pude haber recibido hace un mes puedo comprar un poco más; necesitamos más pócimas mágicas de efecto inmediato, por eso tomamos Advil para el ratón, Motrín para seguir caminando si sufrimos un esguince y nos bañamos en Santo Remedio para sobrellevar esa hernia discal, que en algún momento nos dejará paralíticos, pero hoy hay que ganar y producir... Porque vivimos en una sociedad: medicada y automedicada, química y holística, anoréxica y vigoréxica, enferma, hipocondríaca e intolerante a la lactosa, porque en algún momento pensamos que tomar "Anis con Frigur" era Cool...