viernes, 12 de abril de 2013

Conviviendo con el Reloj Biológico (Dedicado a Pichirella)

Cuando era niño mi papá me dijo las siguientes palabras: "Habrás cumplido tu misión en esta tierra cuando siembres un árbol, escrito un libro y/o hayas criado a tus hijos"...Y desde ese día escribir se convirtió en mi pasión; no es que detestara la botánica o me negara  a la posibilidad de tener hijos, nada de eso, pero esa idea de transmitir en palabra escrita mis ideas me pareció la cosa más alucinante de la vida: generar un pensamiento, hilarlo, conectarlo, entramarlo, revisar y retroceder los pasos, ensayo y error, y comprender que como los hijos y el árbol hay que nutrirlos, criarlos y formarlos para que sean seres de provecho que trascenderán tu papel y te dejarán en segundo plano... ¡Creo que a pesar de todo tengo instinto paternal!

Con la llegada de los 30 años llegaron loas bodas de los más allegados y muy pronto empezaron a llegar los miembros de la generación de relevo, que como una tierna epidemia afectó a todos los que no habían tomado todavía ese tren... ¡Principalmente en las féminas de la heterocracia!... El acto de nacimiento de un niño deja de ser hecho bio-social y se convierte en una incesante por atiborrar de atenciones y regalos al recién nacido para aplacar el infalible tic-toc maternal. Todas se pelean por cargar al infante, cambiarle los pañales, mimarlo y hasta se ofrecen a llevarlo de paseo sin su madre cuando sea la edad propicia, para demostrar sus niveles de responsabilidad y entrega suficientes para aceptar el rol de Madrina (porque a falta de los propios están los ajenos, y madre no es la que engendra sino la que cría). Por mi parte, cuando la primera de mis amigas de la Heterocracia me dijo "...¡Vas a ser tío!..." la cosa no me pareció tan grande; Tal vez sea porque mi primer sobrino nació cuando yo tenía 6 años y además a estas alturas del partido ya existen 4 sujetos con los que consanguíneamente estoy comprometido como tío...

Ahora me pregunto... ¿Qué hace un sujeto maricocrático que (descartando la probabilidad de engendrar) ni puede cuidar un helecho y que su máximo desarrollo literario ha sido transcribir los párrafos de un libro para su tesis de grado?... ¡Tienen un perro! -Lo sé porque lo he vivido en carne propia... Claro, fue uno de mis amigos (Rodrigo) el que se compró el perro, pero es que lo conozco tanto que sentí la experiencia como propia...

-¡Coms! Te presento a la Pichirella...- Me dijo rodrigo acercándome a las narices un hermoso cachorro pug...
-¿Pichirella?... El nombre es algo complicado para un perro, para ellos es mejor usar sonidos secos o máximo 2 sílabas- le dije...
-¡Bueno!- acotó Rodrigo- Pichirella sería el nombre completo... Pero sólo le dices PICHI y ya te atiende... - Aclaró... Yo sólo lo imaginaba recorriendo la urbanización con semejante compañía y gritando "muy masculinamente" ¡PICHI VEN ACÁ! cada vez que la perrita se alejara del sendero (Sí, gracias a dios era hembra, porque de ser macho y con ese nombre, vaya documental sacaría National Geografic en "Tabú Latinoamérica: mascotas trasngénero")

Pasó el tiempo y LA PICHI se convirtió en una constante y centro de atención en las reuniones de la maricocracia: Daniel quería pasearla, Javier le traía huesos a escondidas, Claudio le hacía halar medias rotas para "fortalecerle el hocica" (tiempo perdido porque era un pug, no un pitbull)... Y claro está, cuando Rodrigo tenía que salir de la ciudad, yo me tenía que encargar de esta sobrina canina que deaseaba con fuerzas tomarla como ahijada... ¿Será que al final de la historia no soy tan distinto a mis amigas de la Heterocracia?

No se puede negar que más allá de las preferencias sexuales o la estructura gonadal, los humanos tendremos la necesidad de procrear o por lo menos criar en algún momento de nuestras vidas. Y así sea a través de un árbol que dará sus frutos, unos párrafos que cuenten una historia o la sangre de tu propia sangre, es indiscutible que nuestro papel en esta vida es dejar un legado que nos trascienda y alimente, entretenga o ayude al resto de la humanidad... Hace poco murió La Pichi, atacada por abejas, ella alertó a los que estaban en la casa y no quiso salvarse hasta que los demás estuvieran a salvo, aunque le costara la vida...

3 comentarios:

  1. Lo siento por Pichirella compa... otra evidencia de que los animales son gente simplificada.
    **
    Por cierto, ¿no era un pug la mascota del vecino de Jack Nicholson en Mejor Imposible? ¿Noto un patrón ahí? :)

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  2. Que tal? siempre leo este blog mi pana aunque no haya comentado nunca, me gusta la forma que escribes, ojala tus escritos sean mas seguido, suerte mi pana.

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  3. Hola Alex, gracias por seguir las historias del blog... No sabes cómo me gustaría aumentar la frecuencia de los post.
    Actualmente me dedico a escribir guiones de manera profesional (es un trabajo de todo el día), cosa que me gusta mucho, pero no me deja tiempo para crear historias y escribirlas. Ya vendrán tiempos más productivos.

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