jueves, 1 de diciembre de 2011

Una noche de bar normal y conceptos

Son las 12 de la noche y el bar está un tanto vacío, siempre soy de los primeros que llegan para retirarme temprano; detesto los sitios atestados donde no se puede respirar, además,  buscar una cerveza es una odisea: empujas, te empujan, recibes codazos, replicas... en fin, ¡toda una calamidad de carnes y sudores!, cosa que no me molesta por beato, sino porque todo el mundo soba y nadie cede, además hay que diferenciar entre un acto lascivo y una guerra por el espacio, sobre todo si se trata de un bar de Osos.






Definición de Osos: (By Wikipedia santa): 


"subcultura dentro de la comunidad gay. Se considera osos a los hombres gays de cuerpo fornido y con vello facial y corporal. Los osos exhiben una actitud masculina, rehuyendo generalmente del estereotipo de homosexual afeminado"


Se inicia a finales de los 80's en San Francisco (¿y dónde más?), como una manifestación  en contra de los estereotipos de cuerpos perfectos, enalteciendo la figura masculina natural, velluda, corpulenta, fornida, casual y con una deliciosa barriga. 


Parece bien para encajarse después de los 30 años, cuando uno se ha descuidado físicamente, aparece la lipa de escritorio (mucho más notable que la de cerveza) y, está claro, ¡la pinta de niñato quedará bastante ridícula!; además los osos son compadres entre todos, cariñosos, sin complejos, pueden consumir azúcares, grasas y carbohidratos sin mayor vergüenza. Ser oso me ha permitido beber cervezas por montones, consumiendo altas cantidades de tequeños y chicharrones, salir con lo primero que encuentre entre las gavetas,  sin afeitarme y (a veces) hasta sin ducharme, quedando siempre como "el que más".


El reloj marca las 12:30 am y el celular comienza a vibrar en el bolsillo, un mensaje que llega: "¡Mira puta! ¿Ya tienes puesto?, estamos en la entrada pero a la estúpida de Juan se le quedó la chaqueta en el carro, nos vemos en 5 minutos, ¡besos mi cielo!"... "ya llegó el combo" me digo a mi mismo, cuando un empujón hace salir de mi obvia conclusión personal, derramando parte de la cerveza que cae sobre un obeso maligno de 1,50 de estatura, cejas moldeadas y camisa de seda, ¡la peluquera más agresiva de la ciudad!... "La Candela": Antigua diva drag que se empató con un milloneta, perdiendo su figura de sílfide en lujosos viajes, decadentes fiestas y soberbias cenas, quedando redonda como la Madre Tierra... Pero eso si: heredera de una no despreciable cantidad de dinero que le permitió abrir una peluquería.


-¡Ay marica! Me mojaste...- exclamó candela con ese falcete forzado de eunuco mental.
-¡Coño Candela! me empujaron mi vida... Tu sabes que a tí ni con el pétalo de una rosa...
-¡Si es verdad Cariño! ¡Tan bello!... No puedo con esta cantidad de gorilas que hay aquí, ¿qué se han creído?... ¿A caso el hecho de ser obeso, sin idea de moda y mal bañado les da derecho a estar aquí?... Hay que ver, cómo se han perdido las tradiciones, cualquier gorda gafa se cree oso y la dejan pasar.
-¡Bueno mi cielo!, la cosa está dura y te aseguro que los dueños del local no se van a poner con exclusividades si quieren pagar el alquiler, comprar la curda, contratar al DJ, entre otras cosas.
-¡No, no, no, no, mi lindis! La Javier y la Petra, esas sólo están pensando en el billete, ¿No ves cómo están los baños?... ¿Es que a cuentas que es un bar de osos tiene que parecer un baño de carretera?... ¡No me jodas marica!... Por cierto ¿y las otras locas?
-Están afuera, ya entran... 
-Bueno, les dicen que pasen a pedirme la bendición para no excomulgarlas... Nos vemos guapo...
-Dale Candela... Ahora nos vemos.


Y con un beso al viento Candela se perdió en la multitud, halando tras sí por una argolla de arnés a un pequeño cachorro (su nuevo esclavo y futuro lavacabezas del emporio de catiónicos de Candela): como de 18 años, gordo y con problemas para respirar, lampiño y de cabello grasiento, hediondo a tufo y cara de perdido. Me lo imagino al niñato sacado de un chat, loquita de nacimiento pero hijo de hogar lucitano dedicado al comercio o conserjería, ferviente católico que siempre esperó ser victima de un cura, pero desgraciadamente era muy desagradable, ¡hasta para el más pederasta y sádico de los clérigos!. Todo un cachorro prototipo que terminará convirtiéndose en una maligna poodle obesa. 


Vuelvo a buscar mi teléfono móvil para saber qué ha pasado con los muchachos, cuando sinto que me agarran una nalga con todas las fuerzas del mundo. Pego un princo y volteo alterado, para encontrarme frente a frente con  Daniel: "el Jodedorcito Cachondo" ese amigo que no tiene recato a la hora de meterte mano, pero eso sí: solo tiene sexo cuando está enamorado y nunca fallaría con un amigo (si eres amigo te toca todo, si eres levante follará con todas las de la ley y si es su pareja te hará "el amor").


-¡Sucia! ¡Perra! ¡Pasiva! ¡Cómo te gusta que te agarren el culo!...
-¡Papi! Si es por mí te dejo que me hagas hasta un papanucolao, pero eres muy mojigata...
-¡Te odio!... ¡Dame un beso papi!...


Abrazos, besos y exaltación típicas del encuentro de dos amigos gays.


Siguiendo a Daniel estaba el resto del grupete: Juan con su chaqueta (que seguramente abandonará gracias al humano calor de la multitud en el cuarto oscuro), Roberto el culto y viajado, Eduardo el Corporativo, Javier (pareja de Daniel) "hecho a si mismo", Claudio el Esporádico y Rodrigo (mi mejor y más antiguo amigo), que pasó de ser trendy a ser cuidador de osos.


Saludos, besos y abrazos, siempre efusivos como si la vida acabara; intentos por comentar el chisme más reciente y vuelta a la aventura de buscar cervezas para el grupo. 


Brindis con el primer trago (aunque ya lleve 5) y a dejar que la noche nos lleve por su espectáculo de música variada, luces estroboscópicas, sudores y empujones... Una noche más de viernes en el bar de costumbre.


Conclusiones:


- El movimiento osuno tiene sus orígenes en una de las principales costumbre de la comunidad gay: la autosegregación.


- No importa los ideales de masculinidad de la comunidad osuna: al final todos somos marikas fraternales.


- Cualquier obeso descuidado y gallo puede ser oso aunque sea toda una mujer.


-Es mejor ser amigo de una peluquera maldita: son peores que los pranes.


-El contrato de amistad en la comunidad gay puede incluir contactos lascivos pero nunca sexo.


-La osunonidad (comunidad y filosofía osuna) está tan variopinta que puede confundirse con fantasías sadomasoquistas.


-No importa que tan exclusivo sea un bar siempre bajarán las barreras en tiempos de crisis y será una odisea buscar una cerveza.






   

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